Nuestras mascotas son seres maravillosos, que están con nosotros para darnos compañía, amor, y mucha felicidad. Por eso misma razón, nosotros como sus dueños somos responsable de cuidar de ellos y por supuesto de sus hábitos. En este artículo hablaremos concretamente sobre lo que ocurre cuando nuestra mascota hace pipí sobre la superficie metálica de una farola.

Tomando como referencia las explicaciones realizadas en Linkedin por el profesor de Mondragon Unibertsitatea Xabier Gómez:

La orina tiene un efecto corrosivo sobre los aceros en primer lugar como consecuencia de su elevado contenido de sales. La corrosión a temperatura ambiente es un proceso electroquímico en el que hay un intercambio de electrones entre dos especies químicas (ánodo y cátodo) en presencia de un electrolito (disolución conductora de la electricidad). La presencia de iones disueltos hace que la orina sea un electrolito que presenta una mayor conductividad eléctrica que, por ejemplo, el agua de lluvia de modo que se facilitan los fenómenos de corrosión.

Dentro de los iones disueltos en la orina, unos de los más agresivos desde el punto de vista de la corrosión son los cloruros. La concentración de cloruros en la orina es de aproximadamente de 2 gramos de cloruros por litro de orina (2 g/l), valor que no parece demasiado elevado si lo comparamos con la concentración de cloruros en el agua de mar (aproximadamente, 19,5 g/l). Sin embargo, hay que tener en cuenta que a medida que se va secando, se va produciendo un aumento de concentración de sales en el líquido depositado sobre la farola (el agua se evapora, pero las sales no), de modo que aumenta la agresividad del electrolito y, con ello, su efecto corrosivo.

Por último, cuando se produce el secado total del líquido, las sales depositadas tienen un efecto higroscópico, es decir, tienden a absorber humedad del ambiente. Esta absorción de humedad hace que localmente (es decir, donde se encuentra cada partícula de sal depositada) exista la presencia de un electrolito (el formado por la humedad absorbida y lo iones disueltos de la partícula de sal) que mantienen de manera continua condiciones en las que sigue progresando la corrosión del acero. Lo que al final ocasiona un alto nivel de corrosión en el pie de la farola, que con el paso del tiempo lo único que hace es deteriorarse aún más, hasta tal punto que la farola puede caerse por completo, lo que significa un peligro para la vía pública.

¡Eduquemos a nuestras mascotas, por un entorno limpio y seguro!

Aportación de:  Xabier Gómez Rodríguez                                                                                                                                                                       Profesor - Investigador de la Universidad Mondragón Unibertsitatea